El filósofo y teólogo Francesc Torralba Roselló inició su ponencia aclarando el término humanismo. La palabra se utiliza de forma muy distinta y casi equívoca. Si se hace la historia del concepto, hay que remontarse como mínimo al Renacimiento italiano, en el que tiene un significado que se va transformando y sedimentando hasta el siglo XX. Existen diferentes etiquetas de humanismo: cristiano, musulmán, judío, ateo, existencialista, marxista. Lo que une a las diversas formas del humanismo es el reconocimiento de la dignidad intrínseca de la persona humana, que debe ser objeto de un respeto sublime. Cuando el ser humano es tratado como un instrumento, como una fuerza productiva o como cualquier objeto de uso y abuso, existe un trato inhumano, hay una pérdida de humanismo, de olvido de su condición de dignidad humana.