vida - Universitas Albertiana https://universitasalbertiana.org/tag/vida/ Una asociación cultural formada por personas que comparten su conocimiento y experiencia por una sociedad más justa, solidaria y humana. Tue, 12 Jul 2022 17:00:56 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.5.2 https://universitasalbertiana.org/wp-content/uploads/2021/09/cropped-logo_512-1-32x32.png vida - Universitas Albertiana https://universitasalbertiana.org/tag/vida/ 32 32 Espiritualidad y naturaleza. Las cuatro estaciones. Primavera (I) https://universitasalbertiana.org/2022/04/espiritualitat-i-natura-les-quatre-estacions-primavera-iii/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=espiritualitat-i-natura-les-quatre-estacions-primavera-iii https://universitasalbertiana.org/2022/04/espiritualitat-i-natura-les-quatre-estacions-primavera-iii/#respond Wed, 13 Apr 2022 16:51:16 +0000 https://universitasalbertiana.org/?p=6903

Entrevista a Frère Pedro de la Comunidad de Taizé

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Espiritualidad y naturaleza. Las cuatro estaciones. Primavera (II) https://universitasalbertiana.org/2022/04/espiritualidad-y-naturaleza-las-cuatro-estaciones-primavera-i/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=espiritualidad-y-naturaleza-las-cuatro-estaciones-primavera-i https://universitasalbertiana.org/2022/04/espiritualidad-y-naturaleza-las-cuatro-estaciones-primavera-i/#respond Tue, 12 Apr 2022 15:47:21 +0000 https://universitasalbertiana.org/?p=6882 Interioridad, primavera, gratitud, belleza. Vivir, florecer, buscar la luz.

Las cuatro estaciones PRIMAVERA (I)

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Fundación Educacional CASABIERTA COANIQUEM https://universitasalbertiana.org/2021/10/fundacion-educacional/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=fundacion-educacional https://universitasalbertiana.org/2021/10/fundacion-educacional/#respond Sun, 10 Oct 2021 20:34:33 +0000 https://universitasalbertiana.org/?p=3643

La residencia Casabierta es un ámbito que nace para acoger al niño con lesiones de quemaduras de lugares lejanos de la capital de Chile y de otros países vecinos que, junto con un familiar, no tiene dónde hospedarse para llevar a cabo su proceso de rehabilitación.

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El tiempo y la vida https://universitasalbertiana.org/2021/09/el-tiempo-y-la-vida/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=el-tiempo-y-la-vida https://universitasalbertiana.org/2021/09/el-tiempo-y-la-vida/#comments Fri, 17 Sep 2021 08:37:30 +0000 https://universitasalbertiana.org/?p=3698

Seminario a cargo de Josep M. Esquirol, Profesor de filosofía de la UB
Autor de La resistencia íntima (2015) y El respirar de los días (2008)
Moderadora: Natàlia Plá

El objetivo del seminario es profundizar sobre el valor y el sentido del tiempo real para ser conscientes y gestionarlo correctamente.

Hay que aplicar el tiempo de forma adecuada ante los cambios constantes de la sociedad: ritmo acelerado, situación laboral, ocio forzado, incremento de paro, aplicación de nuevas tecnologías …

Esta nueva realidad pide asumir una concepción de los tiempos de una manera responsable para conciliarlo tanto en la vida personal como social.

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Conocer y amar la realidad https://universitasalbertiana.org/2019/11/conocer-y-amar-la-realidad/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=conocer-y-amar-la-realidad https://universitasalbertiana.org/2019/11/conocer-y-amar-la-realidad/#comments Sun, 10 Nov 2019 13:26:19 +0000 https://universitasalbertiana.org/?p=3794 Conocer y amar la realidadNoviembre es siempre de referencia a San Alberto Magno y ocasión para darle una vuelta a la cuestión del saber, del conocimiento. Precisamente por lo albertiano, tal reflexión ha de estar bien encajada en el contexto. Porque lo característico de Alberto era conciliar los saberes de la época.

La primera implicación que eso tiene es que no se debe menospreciar ningún tipo conocimiento, ningún saber. Esto es valioso en un momento cultural como el nuestro, con gran facilidad para dejarse seducir por lo que deslumbra (aunque sea una hoguera de vanidades, un mero fuego de hojarasca).

La otra cara de esta misma moneda es reconocer la limitación de todo tipo de conocimiento. Por valioso que sea, nunca es último, definitivo ni suficiente. No es solo una limitación por su alcance, sino por sus posibilidades. Ninguno de los distintos tipos de saberes nos dice todo acerca de algo. Seguramente, ni siquiera nos dice lo suficiente.

Es algo equivalente a lo que la separación de poderes pretende en el ámbito de la vida política: garantizar que unos limiten a otros para no ceder a demasías ni desvaríos o, dicho a la inversa, lograr una mayor justicia a través de la intervención de distintos enfoques.

La interdisciplinariedad, la transdisciplinariedad, la multidisciplinariedad conllevan el implícito humilde de que la diversidad suma en bien de un mayor (y mejor) acceso a la realidad. Y la prudencia de que toda afirmación, toda mirada, puede ser complementada.

Por otra parte, la comprensión clásica de la verdad, adequatio rei et intellectus, implica un reconocimiento de la realidad nada popular hoy día. Aspirar a que el intelecto —el conocimiento, el saber— se correspondan con la “cosa”, con la materia, con el objeto.

Correspondencia, adecuación, son términos que conllevan una comprensión del conocimiento como un modo de relacionarse con la realidad. Y, tal como sabemos por las relaciones interpersonales, no toda forma de relación es igual de correcta. Una relación de poder no es lo mismo que una relación de complicidad. Conocer puede ser, también, un modo de amar: de amar lo existente. El contemporáneo menosprecio hacia la verdad lo es más en cuanto clave vital que no cuanto concepto o posibilidad del conocimiento. Y por ello, si cabe, más grave aún.

Siempre viene bien recordar a Santo Tomás, discípulo de Alberto, en aquello de que más importa alumbrar que deslumbrar. La tecnología es fascinante y, sin duda, nos deslumbran sus posibilidades. Pero conviene incorporar la templanza de las humanidades que redimensionan, enmarcan y orientan estas. Y conviene pertrecharla de la ciencia verdadera, que vertebra sus movimientos y les da fundamentos.

Un exceso de luz, en ciertos casos, comporta dificultad para ver bien. La potencia de la luz ha de ser la adecuada según la ocasión o el objeto. Para todo lo que tenga que ver con el misterio de la vida, ayuda más una luz suave que invita a mirar —y decir— con respeto y atención, con cierta discreción, que no un foco analítico que invade los rincones de la realidad a costa de despojarlos de su trascendencia; la que tiene la sutilidad de una caricia.

La mirada contemplativa es la que acaricia la realidad para que esta se le desvele a ritmo humano. No es una mirada suficiente, pero también es, sin duda, una mirada necesaria.

Natàlia Plá

 

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Cuidar nuestro cerebro https://universitasalbertiana.org/2019/01/cuidar-nuestro-cerebro/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=cuidar-nuestro-cerebro https://universitasalbertiana.org/2019/01/cuidar-nuestro-cerebro/#respond Thu, 10 Jan 2019 11:16:01 +0000 https://universitasalbertiana.org/?p=3775 Debemos cuidar nuestro cerebro, ya que cada día sabemos más de él. Eso no excluye la razonable necesidad de cuidar todo nuestro organismo humano. Es una realidad muy evidente que existen una serie de procesos patológicos que afectan de una manera especial a nuestro cerebro y que son más frecuentes en la medida en que la longevidad de las personas es más elevada.

Según estudios basados estadísticamente sobre la edad límite de las personas, se dice que los niños que nacen actualmente podrán vivir alrededor de ciento veinte años de promedio. Esto va ligado a una serie de progresos científicos que probablemente vencerán enfermedades de tipo oncológico o aquellas que producen demencias o las de tipo vascular, como más importantes.

Sin duda, el incremento de los descubrimientos científicos, dan y darán un espectacular vuelco a la salud para que la vida de las personas se prolongue y además con cierta calidad. Hoy son muy conocidos los promedios de vida de muchos países en los que hay un cierto bienestar, por ejemplo, en España se centran entre los 80 y 82 de edad, a diferencia del año 1950 en que esta apenas alcanzaba los 60 años.

Las neurociencias dan unos pasos sólidos de tal manera que facilitan que se conozca cada día más aquella «caja de sorpresas» que llamábamos cerebro. Es impresionante ver que trabaja a un ritmo vertiginoso, ya sea de una manera consciente o inconsciente. Ochenta mil millones de neuronas constituyen una magnífica red que comunica el cerebro con el resto del organismo. Hoy se conocen con más precisión las áreas del cerebro y el funcionamiento de las neuronas, y también las causas de su destrucción, así como la forma de transmitir los impulsos nerviosos, entre otros descubrimientos. El conocimiento del cerebro ofrece más datos que afectan a los aspectos tanto emocionales como racionales, ya sea con uno mismo o con los demás. Hoy se ubican estas funciones en el cerebro gracias a sofisticados recursos técnico-científicos, en áreas en que al lesionarse estas se producen unos efectos concretos como el ictus, problemas de movilidad, del habla, etc.

Para el cuidado de nuestro cerebro, hay que tomar conciencia de algunos hábitos significativos para dar mejor calidad de vida: alimentación, ejercicios físicos moderados, evitar el estrés, el descanso adecuado, dormir las horas necesarias, suprimir el exceso de alcohol, por ejemplo, como en el caso del alcoholismo o ciertas drogas que producen la muerte de gran número de neuronas. El mismo hecho de valorar la dimensión intelectual, que abarca nuevos aprendizajes: idiomas, técnicas de estudios superiores… obliga a ejercitar ciertas áreas que ayudan a mantener una calidad de vida. Por ello es necesario no renunciar a mantener los conocimientos científicos de las profesiones que uno ha ejercido. La jubilación o prejubilación no debe consistir en abandonar las inquietudes o reducir el ritmo intelectual, se trata de mantener la capacidad de tomar decisiones, hacer ejercicios de memoria o potenciar la capacidad de relación con los demás.

Todo ello no excluye que se debe seguir atentos a los fallos graves de memoria, especialmente de la reciente. Insisto en la palabra grave, porque el simple hecho de no acordarse de un número de teléfono o el nombre de una persona no tiene porqué considerarse como un síntoma grave. Para que así sea debe estar acompañado de otros síntomas como el olvido de rutas habituales, la duda en la identificación de personas próximas y demás síntomas que el médico tiene que valorar.

Hoy se distinguen bien las demencias, entre otras las causadas por afecciones tipo Alzheimer, derivadas de un síndrome frontotemporal. Realmente, como toda medicina, la evolución del conocimiento de los órganos, hace que se pueda explicar, en consecuencia, muchas enfermedades y tratarlas con más precisión.

Josep M. Forcada Casanovas

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Actualizar objetivos https://universitasalbertiana.org/2015/11/actualizar-objetivos/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=actualizar-objetivos https://universitasalbertiana.org/2015/11/actualizar-objetivos/#respond Sun, 01 Nov 2015 15:44:30 +0000 https://universitasalbertiana.org/?p=4264 Actualizar objetivosPara los apresurados que no tienen tiempo de leer: recuerden esta frase que alguien regaló a Albert Espinosa: «“Llego 10 minutos tarde” es un epitafio muy absurdo.» ¡Vivan! Pero ¡vivan de verdad! Que ya está bien de sucedáneos con las cosas importantes.

Para el resto, seguimos.

La lógica de la vida no es alcanzar una cifra desorbitada en una cuenta de resultados. Tampoco es perseguir un fin con tal obsesión que se pase por alto el camino. Muchos han compartido —con un grado de certeza vital que conmociona— que el secreto de la vida está en el vivir. Que el placer y el sentido se hallan en el trayecto y no, única o necesariamente, en la meta.

Lo sé: parece nimio de tan obvio. Y lo sería si no fuera porque tantos acaban lamentándose de haber errado en la partida fundamental de la vida. Será que algunas cosas, por sencillas, pasan desapercibidas o son menospreciadas. Recordar ciertas cosas es algo así como un acto de filantropía, de amor al género humano.

«Lo más difícil de aprender en la vida es qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar». Bertrand Russell

Establecer bien cuáles son los objetivos, las expectativas, es crucial para determinar dónde está el verdadero éxito. Lobos con piel de cordero han asumido el lugar de lo que otorga la categoría de una vida exitosa. Logros que acaban sabiendo a vacío, poderes inútiles ante los verdaderos retos, investiduras que se esfuman a la hora de la verdad.

Del mismo modo es fundamental detectar con nitidez y acertar al elegir cuáles son las fuentes: sí, las fuentes de sentido y de esperanza. ¿En qué invertir ese tiempo precioso que, sutilmente, tantos nos van arrebatando sin tener legítimo derecho a ello? ¿Qué es aquello por lo que vale la pena gastar la vida?

Cuesta pensar que haya mejor meta que haber sabido apreciar y aprovechar cada momento, cada ocasión cuando nos fue ofrecida. Ni una mayor aspiración que tener la sabiduría de percibir los regalos de la vida, de no dejarlos escapar ni aplazarlos para un tiempo que no podemos controlar ni garantizar.

«Nos hacemos viejos y enfermos sin haber probado siquiera nuestras secretas pasiones, sin descubrir nuestro verdadero trabajo o convertirnos en la persona que nos hubiera gustado ser. Igualmente llegaríamos a ser viejos y enfermos un día aunque hubiésemos realizado lo que anhelábamos, pero no tendríamos nada que lamentar. No nos encontraríamos al final de una vida vivida a medias.» Elizabeth Kübler-Ross

Ante el horizonte de una muerte cierta, algunos perciben con desgarro cierta frustración vital. Proviene de no haber sabido vivir cuando era posible; de haber aplazado reubicar el motor de su vida una y otra vez en función de objetivos que de repente se desmoronan, casi absurdos, carentes de auténtico sentido.

La enfermedad a veces es una oportunidad para revisar ciertas cosas. Sin embargo, se sigue errando la perspectiva. Van siendo más los que, desde la experiencia, cuestionan ese lenguaje común que plantea la enfermedad en términos de lucha, de batalla. No es que no haya algo de eso. Pero da la impresión de que sólo importa el final de esta: si se gana o se pierde. Poca cuenta se echa de la vida que se da en el «durante» de la enfermedad. Siendo, por el contrario, que hay veces en que el sentido de una vida se condensa ahí, con total independencia de si se sana o se muere.

El tiempo que se vive durante la enfermedad tiene tanta —a veces incluso más— entidad como el tiempo de vida sana. Configura al ser, y define las relaciones con una carga de veracidad que multiplica su valor. En verdad se pierde la vida, no tanto con la muerte, como desperdiciándola mientras se está vivo. Porque, aun cuando está enferma, la vida sigue latiendo.

«Nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo.» Julio Cortázar

En honor a la verdad, hay que reconocer que todo esto se sabe, se dice, se ve… Por eso no cabe la sensación de estafa en quienes no han querido atender las voces críticas con los eslóganes de nuestra sociedad del consumo y el éxito. Cada quien acaba decidiendo qué escuchar y a qué hacer oídos sordos.

No creo que haya objetivo que tenga parangón con haber conocido algo de lo que es el amor. Con haber sido capaz de amar y haberse sentido amado. Con haber amado a través del quehacer, del estar y del ser. Quien saborea eso, ha sido bendecido existencialmente con independencia de la cantidad de años vividos. El resto está muy bien para aderezar la vida. Pero solo el amor la dota de sustancia.

Por eso, cierro como comencé, con un epitafio: unos versos de Pere Casaldàliga que tantas personas eligen para despedir a sus seres queridos. Esta sí es una buena hoja de ruta:

«Al final del camino me dirán:

¿Has vivido? ¿Has amado?

Y yo, sin decir nada,

abriré el corazón lleno de nombres.»

Natàlia Plá

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